Mi mamá me dijo que si ahorrar significaba tener que decir «no» a lo que me gusta, ella no le veía sentido. Yo creo que sí lo tiene, sólo hay que plantearlo correctamente: estoy renunciando a cosas que me gustan por un rato (y terminan siendo inútiles después de un tiempo) por algo que me ofrezca mayor placer en el futuro.
Además, no estoy renunciando a todo, algo que creo que nunca podré evitar comprar son libros; son irresistibles, y si tienen descuento ("libros con descuento" es una de mis frases favoritas), mucho mejor. Pero para esto tengo un límite, algo así como compras por "impulso medido"; es decir, disfruto de la magia del dinero en el presente y me aseguro de prepararme un regalo grande en el futuro. De otra forma, estaría ahorrando sin sentido, como Karla Bayly, de Coach Financiero cuenta.
El dinero es para gastarse sí. ¿De forma controlada? Espero.
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