lunes, 19 de septiembre de 2011

Un mundo nuevo.


Hace poco tiempo decidí entrar a un mundo nuevo: las cuentas bancarias.
Mis padres, que han tenido una experiencia negativa con los bancos, me ofrecieron su testimonio digno de ser publicado en un libro de relatos de terror; creo que los responsables por lo que nos pasa somos nosotros mismos así que, de alguna manera yo culpo a mi papá por haber abierto una cuenta de cheques que no correspondía a su perfil.
Por supuesto, se supone que los ejecutivos bancarios están para ayudar al cliente a encontrar el producto que necesita, explicarle claramente las comisiones por el manejo de cuenta, etcétera.
Pero vamos, que no es así; ni creo que lo sea en mucho tiempo. Sin embargo, hoy cuento con una herramienta con la que mi papá no disponía al requerir de una cuenta bancaria: Internet. Y es que he pasado de página en página leyendo sobre los tipos de cuentas que ofrece cada banco y las ventajas y múltiples desventajas de cada una. 


Empezar no fue fácil, y me fui a visitar primero las páginas de los bancos digamos... clásicos. Y no encontré nada interesante para mí en esos bancos. Y es que en mi búsqueda yo sabía exactamente lo que quería: las menores comisiones por la mayor cantidad de servicios. Creo que todos buscamos lo mismo, pero tenemos diferentes necesidades.


Así, me quedé con tres alternativas, de Bancomer, Banco Azteca y Santander. Seguí buscando y encontré quejas sobre cuentas de cheques de cada banco, y me fuí al calificador de CONDUSEF y me mostró un "poco más o menos" de cómo anda cada banco. Luego, en base a los consejos de esa página, me fuí al RECA (Registro de Contratos de Adhesión de la CONDUSEF) a leer el contrato de cada banco para el producto que me interesaba. En realidad no encontré nada tan comprometedor porque tengo entendido que la Condusef revisa los contratos para asegurarnos que no vendemos nuestra alma (espero).


Pero bueno, como yo soy muy desconfiado (herencia familiar) me leí los tres y me quedé con dos opciones, y elegí la más barata y que además daba un beneficio adicional (banca por internet): Santander.


En la misma semana pasé a una sucursal y Erika M. fue el ejecutivo que abrió mi cuenta, y se extrañó cuando al pedirme que firmara el contrato, yo saqué un papel donde tenía apuntado el número de registro del contrato de adhesión, sólo tuve que verificar que fuera el mismo número que el del contrato que me daba a firmar, y eso me aseguraba que no estaba firmando un contrato de 35 páginas a ciegas, porque era el mismo que ya había leído en Internet.


Y así fue como inició mi mágica relación con un banco, todo un mundo nuevo. La idea principal es administrarme mejor, pero me di cuenta que no funciona tan fácil como parece. Ya lo contaré.

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