lunes, 26 de septiembre de 2011

Empezar a ahorrar ¿de dónde?

Algo que tuve que hacer para poder ahorrar fue recortar gastos. En mi caso fue simple darme cuenta en dónde gastaba dinero sin que fuera necesario: en la sección de regalos y curiosidades de las tiendas departamentales. Estoy lleno de muñecos "coleccionables", llaveros de series, peluches e incluso ligas con formas de animales.

La razón por la que compro esas cosas que terminan (en el mejor de los casos) en algún oscuro rincón, es porque comprar ha sido durante mucho tiempo una manera de relajarme, y me llena de satisfacción llevarme la liga en forma de perro a casa. Es decir, no es lo que compro, sino que lo compro. Ya, que escribirlo es fácil, dejar de hacerlo... no tanto.

Pero encontré una manera de motivarme: ahora que sé qué es lo que quiero comprar con lo que ahorro, he logrado engañar a mi cabeza para que produzca sensación de recompensa cada vez que, en lugar de ir a comprar basura, meto dinero a mi cuenta en el banco (para invertirlo luego, por supuesto); además mantengo una parte disponible para mantener un vicio que a la larga sale caro: los libros. Así que ahora logro dos maneras de sentir recompensa.

Entonces, para mí se trata de:

1. Descubrir lo que no se necesita realmente, sino que sólo se pegó a nosotros en una compra por impulso (me gusta mucho la ropa y tengo cosas que nunca me he puesto, así que es momento de disfrutar lo que ya tengo).

2. Ahorrar ese dinero, y pensar que nos acercamos a una meta (realista) que nos dará mayor satisfacción en el futuro (que, en mi caso, la liga en forma de perro).

3. No cortar las cosas necesarias para nosotros. Hay gente (yo) que no puede vivir sin libros, dejar de comprarlos no sería ahorrar, sería una tortura. El dinero es para disfrutarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario